El último hombre es el primero en enterarse de que la humanidad ha llegado a su fin...el cine lo pone en evidencia y es evidencia misma de ello.

lunes, 12 de enero de 2009

Partículas

Hasta hace poco el mundo giraba en una dirección y todos hacían parte de él. Luego, algo se descompuso, partículas se diseminaron por todos lados conteniendo algo que sólo en su conjunto existía pero que ahora pretendían poseer por separado. Así, el mundo cambió y la forma de percibirlo también.

El cine ya sólo se podía observar con un ojo pues los dos no alcanzaban para ver la magnitud de la pantalla. Se tienen aún noticias de casos de estrabismo por intentar comprender y abarcar todo un film con ambos ojos.

La música, ella sí que sufrió, primero tuvo que darse por huérfana ante la falta de compositores pues todas las composiciones empezaron a sonar igual entre ellos y , además, algunas notas cambiaron de sonido y por supuesto muchos músicos enloquecieron. Como resultado final, la música ya sólo podía escucharse con un oído pues el otro necesitaba escuchar el ruido de la calle para no perder el equilibrio.

Los pocos lectores que quedaban huyeron despavoridos, los libros se habían hecho caros e incomprensibles y el abecedario contenía nuevas letras que abreviaban frases enteras. Como era de esperarse, los escritores empezaron a escribir con dos manos pero enflaquecieron ante la falta de alimentos y cual poetas malditos murieron de hambre en sus condominios.

Algunas partículas flotan todavía por ahí, conteniendo fragmentos de lo que fue y ahora no. Yo intento recogerlas pero se desvanecen en mis manos, huyen de ese pasado y obligan a aceptar la cruel realidad de este presente, en el que la mirada de una mujer se ve alterada por el contraste y la nitidez de la pantalla.

1 comentario:

Anónimo dijo...

ME ENCANTO! (tilde en la o)

Juliana Monsalve Castro

Seferine ama el cine, por él muere y vive, recae y renace. En él se concentra lo que la vida esconde y no ofrece, al menos no siempre y no ahora. Bueno, eso dice ella y yo le creo porque entonces a quién sino a mí mismo. Porque ambos somos uno. Yo doy todo por ella y entre dialogo y dialogo me doy cuenta cada vez más de que somos muy diferentes pues los ideales no siempre son como uno los idealiza.

Seferine

Seferine

Seguidores

Datos personales